lunes, 20 de abril de 2009

SPA, a por ellos

Están tan a la moda que es imposible prácticamente no saber esta sigla a dónde nos lleva. “Salute per aqua”. La promesa de armonizar el cuerpo a través del agua ha sido toda una leyenda, hemos sido favorecidos unos más y unos menos, ricos y pobres, sanos y enfermos, chicos y grandes, y como todo ha ido transformándose y tornándose en servicios más sofisticados y lamentablemente costosos. Me refiero a estos SPA de última generación por así llamarlos que han florecido y sus ramas se extienden hacia nosotros como paraísos invitándonos a visitarles solos o en parejas. El compromiso de dejarte como nuevo tras algunas sesiones es su crédito más aclamado. Todo un happy tour.

Cuántos de nosotros hemos deseado sumergirnos en las esencias de eucalipto, violetas y otras, mezclarnos en esa brumilla vagabunda, que va en puntilla bailoteando por los corredores que nos transportan a ambientes místicos o mágicos acariciados por esos olores vaporizados, humedeciendo las túnicas que envuelven nuestro santuario y que como copos de nieve van cayendo en las gradas de mármol italiano quién sabe, que nos reciben dizque para abrazarnos y exprimir nuestras amarguras, absorber nuestros jugos naturales más ácidos, más rancios y llevarnos al éxtasis de las sensaciones más placenteras. Os invito a abrir los ojos, así poco a poco, sin prisas, como pétalos en primavera y dejarnos arropar por la brutal necesidad de saborear nuevos placeres policromáticos.

Inclinarnos ante tamaña ensoñación puede ser un excelente ejercicio para permitir, amigos míos, expulsar fuera de nuestro hábitat más sagrado: nuestro “yo”, nuestro zumo agrio y abriéndonos paso en estos templos queden neutralizadas sus enzimas, queden allí embebidos de estas fragancias naturales y nos ablanden las armaduras de jinetes daltónicos con las cuales cabalgamos en estos tiempos.

¿Cuánta imaginación derrochamos al sentirnos a las puertas de las mismísimas columnas griegas con nuestros laureles enmarcando nuestra expresión deseosa de sentirnos otros?

¿Otros física, espiritual , emocionalmente? Otros u otras más jóvenes, más sanos, menos abrumados, más activos, mejores personas, menos estresados, más valorados, menos rechazados, más productivos?. ¿Superarnos como individuos, traspasar los umbrales de nuestras limitaciones en los muy diversos roles que asumimos? ¿Con cuánta insatisfacción lidiamos a diario, somos conscientes de ello o no?

Estos SPA aparecen por todas partes, se han multiplicado y proliferado, ofrecen un menú muy variado en sus servicios, sus ofertas garantizan llegar a renovar esos puntos neurálgicos de nuestro universo, traspasar las órbitas de nuestro sistema existencial y detenerse, regenerando cada constelación de nuestra galaxia. Hay unos más osados que hasta convertirnos en estrellas prometen. Que tentación, dejémonos llevar, abramos nuestras cuencas más luminosas y sintamos que nuestra luz estelar irradia los planetas más cercanos. Pero la realidad es otra, es que asistimos al siglo no de las luces como escribiera Carpentier, sino al siglo de las luciérnagas.

Esas luces fosforescentes de color blanco verdoso que pretenden guiar a muchos en la búsqueda de lo divino, en la búsqueda de lo lunar y que fuera de su propia órbita carecen de valor galaxial. Hay quien brilla con luz propia y quienes necesitan generadores o la combinación de ambas opciones, en ambos casos las facturas a cancelar son elevadas y nos exigen doblar el lomo. El sentido ecológico nos demanda una actitud que nos pone a prueba en el uso y desuso de nuestras fuentes de abastecimiento energético. En la renovación de estas riquezas. Son renovables? Apuesto al sí!!

Una buena fuente de energía es degustar los sabores familiares y amistosos y el valor de esta energía es que no daña la capa de ozono ni contribuye al maltrecho deterioro de nuestro querido clima. Esta veta de riqueza se autoabastece por así decirlo de forma independiente, porque dicen que “la única manera de tener un amigo es siéndolo”. Descubrir la mina que nos hace prósperos en nuestro propio entorno nos garantiza ese éxito tan mal buscado en canteras vecinas. “El secreto del éxito es lograr que tu vocación sea tu vacación” - Mark Twain

En lo personal tenemos nuestra cantera con los filos a flor de piel, y no me apetecen las siglas, es más reducir a tres, cuatro o algunas consonantes y vocales una expresión me produce prácticamente alergia, estoy segura que si me hacen las pruebas para buscar las causas de la misma, éstas estarían en el esfuerzo intelectual que he sufrido al interpretar, decodificar y hacer demás operaciones, hasta dar por ensayo y error prácticamente con el significado de ellas, en otras palabras qué caramba quiere decir tal y más cual sigla. Y aquí me encuentro tratando de llevar a mi rutina monologámica la simplicidad de estas tres letras: ese, pe, aaa. SPA Juntitas y tomadas de la mano para mi son elementos que podrían formar una ecuación directamente proporcional. Salud, Prosperidad y Amor.

Conciliar estas tres musas, divas en la vida es cosa de película. Poetas, cantautores, escritores y casi todas las manifestaciones artísticas han representado en sus lienzos las imágenes de esta gran combinación que todos queremos disfrutar, queremos acreditar a nuestro record emocional. El amor que alimenta una buena condición física y que la prosperidad abraza dándole el encanto que muchos aún no degustan. Entonces vale
decir : “a por ellos” a todo galope en busca de los recursos que nos permitan sostener y hacer sostenibles nuestros tesoros más valiosos.

La próxima vez que decidas darte una vueltita por los SPA en busca de ese elixir mágico asegurate que antes de beber de esos licores prometedores que purificarán tu aspecto físico, abren tus poros y ojos, aceleran tu bronceado, moldean tu tonicidad muscular etcétera, etcétera, etcétera ten las garantías del caso de que antes mucho antes, día a día, cada minuto, cada hora de tu vida hayas endulzado tus zumos con el preciado guarapo, ese extracto dulzón extraído de la caña de azúcar que según los que han tenido un buen amigo o amiga se hace presente en las buenas charlas, provoca que la sonrisa visite tus dioses faciales, que te premia con un apretón a tus cinco diestros y así sólo así podrás tirar por el piso eso que dicen de que la mona aunque se vista de seda mona se queda. La buena pinta viene desde adentro y se viste de Prada o de Pirata.

Y lanzarte a una buena zambullida en los telares filiales ayuda a una buena puntada. A llevar recién salidos de los talleres spamados nuestras mejores galas. La alta costura se hila en casa. Bienvenidos todos aquellos bien vestidos, por dentro y por fuera. Salud por un happy end, días sí y otros también.

1 comentario:

  1. Qué simpática tu forma de ver la vida... qué belleza de humor... Ya no necesito ir al SPA, ahora leeré tu blog para extraerme los malos zumos e irradiar vida.
    Silvia,

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Puedes leerlo, hacerlo tuyo, interiorizarlo y espero tus comentarios.